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jueves, 9 de julio de 2020
Tras la pandemia… ¿UN MUNDO MEJOR?
INTERVENCION SOCIO COMUNITARIA, UN APORTE DESDE LA PSICOLOGIA FRENTE AL COVID-19.
miércoles, 8 de julio de 2020
Sentido Numérico
Diversos estudios dan cuenta de la
existencia tanto en humanos adultos, infantes y animales no humanos de la
capacidad de un Sentido Numérico (en adelante SN), conceptualizado como un
“sistema dedicado a la percepción de la numerosidad, al número de objetos
dentro de un campo de visión particular y caracterizado por ser sensible a las
distintas modalidades sensoriales” (Burr, Anobile y Arighi, 2017, p.8).
Asimismo, este sistema procesaría de forma intuitiva otras magnitudes como la
distancia y el tiempo (Butterworth, Gallistel y Vallortigara, (2017). De esta
forma, Dehaene (2001) propone que este sistema ha evolucionado en las especies
y ha tenido un desarrollo progresivo, con el fin de que éstas cuantifiquen su
entorno y tomen decisiones que les permitan una mejor adaptación y
supervivencia.
Los estudios anteriormente mencionados y
otros confirman que tanto humanos adultos e infantes y animales no humanos
cuentan con la habilidad del SN, biológicamente preestablecida que les permite
procesar de forma rápida e intuitiva magnitudes numéricas no simbólicas, e
inclusive presentadas bajo distintas modalidades sensoriales y de distinto
formato.
Las investigaciones relacionadas al SN se
han realizados en 2 campos, los comportamentales y los de neuroimagen. Los
estudios comportamentales pueden ser de enumeración y comparación. Los de
enumeración consisten en presentar conjuntos de elementos no simbólicos y el
sujeto debe verbalizar el número de elementos observados; las investigaciones
señalan la existencia de dos mecanismos, subitización y estimación; el primero
permite procesar de forma rápida y exacta matrices de hasta 4 elementos,
mientras la estimación permite el procesar matrices mayores a 4 elementos de
forma que los errores y los tiempos de reacción aumentan conforme las magnitudes
numéricas son mayores. Los indicadores de eficacia se establecen en base a los
niveles de errores y los tiempos de reacción, los cuales van disminuyendo con
la edad del sujeto (Kaufman, Lord, Reese y Volkman (1949); Jense, Reese y Reese
(1950); Mandler y Shebo (1982); Cantlon, Brannon, Carter & Pelphrey, (2006).
Estudios en monos rhesus mediante la técnica de “violación de la expectativa”
señalan la capacidad de estos para detectar la variabilidad de las magnitudes
(Hauser, 2000). Igualmente, Brannon y Terrace (1998) exploraron la capacidad de
discriminar y extrapolar numerosidades en monos Rhesus previamente entrenados en
presionar tarjetas en una pantalla táctil, siguiendo el orden numérico correcto,
primero la tarjeta con un objeto, luego la tarjeta con dos y así sucesivamente
hasta cuatro. Después de este entrenamiento, los monos fueron evaluados
mediante bloques de tarjetas con numerosidades de cinco a nueve. Los monos
rápidamente generalizaron su comportamiento de ordenación de menor a mayor a
esta nueva presentación de números.
Con relación a los estudios
comportamentales de comparación, los cuales consisten en presentar de forma
simultánea o secuenciales 2 matrices con elementos no simbólicos, una con una
cantidad y de un color y la otra con distinta cantidad y de otro color; el
sujeto debe determinar cuál de las matrices contiene más elementos. Las
investigaciones reportan dos efectos, el de distancia y el de tamaño. El
primero refiere a que los tiempos de reacción y los errores disminuyen a medida
que las distancia entre los elementos de ambas matrices aumenta (Ej. 3 vs.
5: 3 vs. 7); el efecto tamaño indica que
los tiempos de reacción y los errores tienden a aumentar en relación con el
tamaño de las magnitudes aun cuando se mantiene la distancia (Ej. 4 vs. 6: 7
vs. 9). Los indicadores de eficacia se establecen mediante la proporción entre
las magnitudes de las matrices (Ej. 2 vs. 3; ratio= 2/3=0,66) y por la fracción
de Weber (w= (3-2) /2= 0,5). En relación con el desarrollo de los humanos se ha
encontrado que estos indicadores muestran un desarrollo de acuerdo con la edad,
así los infantes de corta edad presentan ratios de eficiencia alrededor de 0,50
y en adultos se sitúan en aproximadamente en 0,90; mientras que w en infantes
se ubica aproximadamente en 1 y en adultos cerca de 0,13 (Halberda &
Feigenson 2008; Barth, Kanwisher & Spelke, 2003).
En relación con investigaciones en
animales, los experimentos de Hausser (2000) en monos Rhesus muestran que estos
se muestran eficientes en las ratios 0.5 y 0.6, pero no 0.8; por lo tanto, la
eficacia en monos al igual que humanos e infantes, se relaciona a la ratio de
las numerosidades. Cantlon y Branon (2007) en un estudio comparativo entre
humanos y monos Rhesus en una tarea de suma simbólica encuentran que los
primeros se muestran más eficientes y con menores tiempos de reacción, pero
señalan que estas se modulan para ambos casos atendiendo a la ratio de las
magnitudes, mientras más cercanas a 1 se mostraban menos eficientes y con
tiempos de reacción mayores. Agrillo, Piffer, Bisazza & Butterworth (2012),
investigaron la capacidad de discriminación en peces guppy y compararon los
resultados obtenidos con los de humanos adultos. Reportan para ambos grupos
respuestas similares en función a la ratio; para el caso de magnitudes pequeñas
correspondientes al proceso de subitización (1-4 elementos) la ratio no juega
un papel fundamental, es decir muestran rendimientos similares para ratios de
0.2 a 0.8; contrariamente en la discriminación de grupos grandes (>4
elementos) en ambas muestras la eficiencia disminuye en función a la ratio
conforme este se acerca a la unidad.
Presentados los resultados de estos
estudios, podemos decir que compartimos con otros animales la capacidad de
detectar, manipular y utilizar magnitudes numéricas no simbólicas, lo cual
sugiere la idea de una capacidad transversal, vital, y específica para el
tratamiento de aspectos cuantificables de nuestro entorno y que al sentir de
Darwin a jugado un papel fundamental en el desarrollo y supervivencia de las
especies, de lo cual se desprende el nombre para esta capacidad: SENTIDO
NUMÉRICO.
Referencias bibliográficas
Burr DC, Anobile
G, and Arrighi R. (2017). Psychophysical evidence for the number sense. Phil.
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Discrimination of Visual Number. The American Journal of Psychology,
62(4), 498-525
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30(2), 363-392.
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component processes. Journal of Experimental Psychology: General,
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Brannon, E. M., & Terrace, H. S. (1998). Ordering of the
numerosities 1 to 9 by monkeys. Science, 282(5389), 746-749.
Halberda, J., & Feigenson, L. (2008). Developmental change in the
acuity of the" Number Sense": The Approximate Number System in 3-,
4-, 5-, and 6-year-olds and adults. Developmental psychology, 44(5),
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Barth, H., Kanwisher, N., & Spelke, E. (2003). The construction of
large number representations in adults. Cognition, 86(3), 201-221.
Hauser, M. D. (2000). What Do Animals Think About Numbers? Many animals
have basic numerical abilities, but some experiences can transform their minds
and ultimately change how they think about numbers. American Scientist, 88(2),
144-151.
Cantlon, J. F., & Brannon, E. M. (2007). Basic math in monkeys and
college students. PLoS Biol, 5(12), e328.
Agrillo, C., Piffer, L., Bisazza, A., & Butterworth, B. (2012).
Evidence for two numerical systems that are similar in humans and guppies. PloS
one, 7(2), e31923.
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